Ataque de Púa
Hay varias formas de tocar la guitarra.
La primera es con los dedos (técnica Finger-picking), quizá es con la que se mantiene mayor control sobre las cuerdas pero no se da la amplitud de sonido esperada y, en muchas ocasiones (sobretodo si no hay la suficiente práctica de esta técnica), tampoco la limpieza de sonido que se desea.
Para solucionar eso se utiliza una púa.
Para entender un poco mejor el concepto de la púa deberíamos irnos a ver primero los dedos.
A la hora de tocar con los dedos, las cuerdas se arpegian con las yemas de los dedos y, si en estos tenemos las uñas largas (no excesivamente) conseguiremos un sonido redondo y acampanado gracias a que la vibración de la cuerda provoca que la onda se amplifique al chocar con la uña, cos que ocurre con la mayoría de guitarristas flamencos.
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El error en esta técnica está en pensar que se toca con la uña y no con la yema, como ya hemos dicho, el arpegio siempre se produce con la yema del dedo ( parte central o bien parte lateral del mismo )
LA PÚA
A
la hora de coger la púa hay que tener en cuenta que ésta no se
trata de un material fijo ni supone la prolongación del dedo o uña.
Mientras se sostiene con los dedos se puede ir cambiando su posición, cosa que se
gana con la práctica.
En
principio se aprieta muy fuerte para que no se nos escape pero esto
nos puede provocar cierta tensión.
Desde
el primer momento tenemos la mala costumbre de cogerla, en forma de
pinza, con los dedos índice y pulgar. Lo correcto sería cogerla con
el corazón y el pulgar, mientras que el índice nos servirá para
poder mover la púa a nuestro antojo.
Pero aquí no terminamos con la púa
Nos surge otro gran problema que si no se corrige pronto nos hará viciarnos de muy mala manera y luego costará mucho enderezarnos.
EL DESGASTE DE ENERGIA AL ACTUAR CON LA PÚA
Ese es el problema, cuando comenzamos a tocar con púa tenemos la mala costumbre de desplazar demasiado la púa, cómo si de un péndulo se tratase y con ello creamos demasiada amplitud de movimiento.
Esa amplitud podrá provocar que, sin querer, hagamos sonar tanto la cuerda superior como la inferior, pero es más, cuando queramos tocar con rapidez eso se transforma en caos pues no tenemos el dominio ideal de la púa y chocaremos constantemente con las cuerdas que no queremos tocar.
A la hora de practicar deberemos tener en cuenta que la púa no debe sobre pasar mucho, ni desde arriba ni desde abajo, la cuerda sobre la que vamos a actuar.
Si miramos esta figura, observamos que la onda que marca los golpes de la púa ya no llegan, ni por asomo, a rozar a las otras cuerdas.
Otro detalle que parece que se nos escapa, y por eso aparecen estas figuras, es la dirección de la púa, la púa debe ser actuada ascendente y descendente. Si la hacemos tocar sólo en un único sentido (siempre hacia abajo o siempre hacia arriba) estaremos perdiendo destreza y velocidad, otro mal vicio que costará corregir si no lo hacemos bien desde el principio.
Pues bien, desde aquí es donde tenemos que comenzar:
1. Sujeción de la púa de forma correcta
2. practicar ejercicios de digitación siempre teniendo en cuenta la amplitud de la cuerda (no te preocupes si no suena igual de fuerte, eso será superado con la practica, lo importante es que la oscilación de la púa sea lo menor posible)
3. golpes descendente y ascendente ( el golpe descendente, por norma general, marca el ritmo fuerte dentro del compás).
Ponte a ello y practica, verás como en nada de tiempo tendrás el dominio de púa deseado.